Los responsables de la elaboración de la información financiera corporativa, los comités de auditoría y los auditores externos se enfrentan al reto de reflejar adecuadamente en los estados contables las medidas urgentes adoptadas para afrontar los efectos de la crisis provocada por la COVID-19.
Así mismo, la información financiera debe reflejar cómo están aplicando las empresas las normativas específicas aprobadas por el Gobierno para hacer frente al impacto de la crisis y apoyar determinados sectores económicos.
Evaluación del impacto de la crisis en determinadas áreas contables y financieras
Las principales consultoras a nivel internacional indican cinco áreas contables y financieras que requieren una evaluación del impacto actual y potencial de los efectos de la crisis, así como reflejar este impacto tanto en los estados financieros anuales como en el reporting financiero. Veamos cuáles son.
Se requiere una evaluación del impacto actual y potencial de los efectos de la crisis tanto en los estados financieros anuales como en reporting financiero
1. Análisis de problemas de solvencia mercantil o financiera y evaluación del principio de empresa en funcionamiento
La disrupción de las operaciones, el aumento de los costes de explotación o la pérdida de ingresos que ha traído la crisis han provocado a corto plazo problemas de liquidez en las empresas, además de la disminución de su rentabilidad. Para algunas esto puede significar un problema de solvencia.
La clave de la evaluación de los efectos de las crisis en las actividades empresariales, actuales y futuras, es determinar la capacidad de la compañía de generar flujo de caja. Por ello, el gran reto de resolver o mitigar esos problemas hace prioritaria una estrategia de cash management eficiente.
¿Tiene la empresa suficiente dinero para sobrevivir a los próximos seis o doce meses? A la vista de los estados financieros, la Dirección tiene que evaluar la capacidad de su empresa para seguir siendo una compañía en funcionamiento, y si esta hipótesis es correcta.
Si es así, se incluirá en la memoria información sobre la naturaleza de las condiciones que no existían al cierre del ejercicio (a raíz de la crisis provocada por el coronavirus) y que sean relevantes para el cumplimiento de dicha hipótesis, así como una estimación de su efecto o, si es el caso, la imposibilidad de realizar dicha estimación.
Si existen dudas de que la empresa pueda seguir actuando bajo la hipótesis de empresa en funcionamiento y se tiene intención de liquidarla o cesar su actividad, los estados financieros deberán revelar esa incertidumbre. En las bases de presentación de las cuentas anuales se mostrarán los aspectos críticos de la valoración y estimación de la incertidumbre.
2. Evaluación del deterioro de los activos
Algunos hechos que se hayan podido producir en estos últimos meses, como son el cese temporal de las operaciones o una disminución inmediata de la demanda o de los precios y de la rentabilidad empresarial, pueden indicar que ha habido un deterioro de los activos no financieros.
Para evaluar dicho deterioro las empresas deben determinar las cantidades recuperables de dichos activos. Este cálculo requiere hacer una estimación de los flujos de efectivo futuros esperados y de las expectativas sobre las variaciones del cash flow.
Los flujos de efectivo previstos deben reflejar la mejor estimación de las condiciones económicas que existirán durante la vida útil restante del activo.
Debido a la gran incertidumbre del entorno actual, es importante que las empresas proporcionen en las cuentas anuales información detallada sobre las hipótesis adoptadas, las pruebas en que se basan y las posibles repercusiones de un cambio en las principales hipótesis.
3. Modificaciones contractuales
Los problemas de liquidez en las empresas han requerido obtener financiación adicional o refinanciar la deuda existente En muchos casos esto supone modificar las condiciones de los contratos de préstamos y otras deudas u obtener exenciones si no se cumplen los acuerdos de deuda. A la hora de reconocer esta cuestión en la información anual, las empresas tendrán que considerar si los cambios en los acuerdos contractuales existentes son una modificación sustancial o potencialmente una extinción del contrato.
Así mismo, hay que reconocer las modificaciones contractuales con clientes, proveedores y arrendamientos que se hayan llevado a cabo como resultado de la revisión de los contratos que las empresas hayan acometido en las circunstancias actuales.
4. Medición del valor razonable
La alta fluctuación de los principales mercados financieros causada por las repercusiones económicas de la COVID-19 impacta de forma importante en la medición de los valores razonables. Las entidades deberán ajustar los precios de referencia y el concepto del mercado primario, así como cualquier ajuste aplicable derivado de restricciones en la liquidez del instrumento o limitaciones en los parámetros observables en el mercado.
Para muchos instrumentos financieros contabilizados, los valores razonables pueden haber cambiado, reflejando los ajustes de precios. Pero también afectan a esa estimación los pronósticos de flujos de efectivo, la creciente incertidumbre y los riesgos elevados del momento actual. En concreto, cuando el método de estimación del valor recuperable se base en el valor razonable o fair value, las hipótesis a utilizar deben ser las de un participante en el mercado a fecha de la valoración.
5. Ayudas gubernamentales y cambios en las leyes fiscales
En la presentación de las cuentas anuales, las empresas también deberán explicar en la memoria su actuación respecto a las ayudas gubernamentales a las que hayan recurrido.
Las medidas aprobadas pueden incluir rebajas de impuestos y moratorias de pago y, en algunos casos, apoyo específico para algunos negocios para poder mantener los servicios a sus clientes. Las empresas evaluarán sus características para determinar si se deben contabilizar como una reducción de los gastos del impuesto o se pueden considerar como subvención oficial, siguiendo las directrices correspondientes de imputación a resultados siempre que tengan el carácter de no reintegrables.
Necesidad de una información financiera confiable en el complejo momento actual
Las implicaciones de los efectos de la crisis en los estados financieros incluyen no solo la valoración de activos y pasivos, sino también la revelación sobre cómo se está salvaguardando la capacidad de la empresa para continuar en marcha como un negocio viable y los riesgos al respecto.
Informar del efecto potencial de la crisis sobre la posición financiera, el rendimiento y la viabilidad de la empresa, así como las medidas adoptadas para gestionar los riesgos, es clave para la recuperación de la confianza de los stakeholders de las empresas y en las operaciones entre ellas
En estos momentos complejos, aunque los requisitos de contabilidad y auditoría aplicados habitualmente sigan vigentes en la elaboración del reporting financiero y de las cuentas anuales, las empresas pueden necesitar la orientación de organismos reguladores, tanto nacionales como internacionales.
De hecho, estos organismos están resolviendo dudas a las empresas sobre el desarrollo y aprobación de los estados financieros, y les informan sobre actualizaciones a tener en cuenta, recomendaciones e instrucciones. También, sobre modificaciones en los plazos de formulación de las cuentas anuales y de verificación contable que se han producido a raíz del estado de alarma.
Por ejemplo, el Instituto de Contabilidad y Auditoría de Cuenta (ICAC) tiene un papel importante para orientar a los expertos contables de las empresas en aspectos como la correcta aplicación del principio de empresa en funcionamiento, la consideración de la crisis del coronavirus como un hecho posterior al cierre del ejercicio 2019 o los deterioros a contabilizar.
La Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) se pronunció al comienzo de la crisis para estimular la organización de las Juntas Generales de Accionistas de las empresas por medios no presenciales y para que los consejos de administración adoptaran las medidas necesarias para flexibilizar el proceso de toma de decisiones.
Posteriormente, considerando la gran volatilidad de los mercados, la CNMV también prohibió temporalmente la constitución o incremento de posiciones cortas netas sobre acciones admitidas a cotización.
Ciertamente, en estos momentos de incertidumbre es vital contar con información financiera y contable en los mercados que ayude a recuperar la confianza. Por ello, uno de los objetivos de las empresas tras el análisis del impacto de la crisis en los estados financieros es asegurar la transparencia de la información financiera actual y prospectiva.
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