La crisis actual ha hecho aflorar algunas debilidades de la cadena de suministro, pero también se ha convertido en una oportunidad para que las empresas aceleren el uso de tecnologías que hagan eficiente la gestión de las operaciones y renueven estrategias importantes para su sostenibilidad. A este respecto, si nos focalizamos en los flujos de efectivo y a los procesos financieros, utilizar el Supply Chain Finance o SCF ayuda a optimizar la estrategia de proveedores, alineándola con las tendencias de futuro. Veamos por qué.
La existencia de confianza y compromiso en las relaciones comerciales aumentan las posibilidades de que ambas partes alcancen los objetivos individuales y conjuntos perseguidos.
Claramente, una relación comercial en la que ambas partes ganan, es decir, una relación win-win, es el mejor incentivo para el ejercicio de buenas prácticas empresariales y genera un círculo beneficioso en el que crece el compromiso y la confianza entre las empresas socias. Este beneficio mutuo se traducirá en el del tejido empresarial y de la sociedad en su conjunto.
Eso es lo que pueden conseguir las empresas socias comerciales con el Supply Chain Finance. Esta herramienta digital facilita las buenas prácticas en la gestión ágil del pago y la liquidez en la empresa, permitiendo optimizar el working capital de las empresas compradoras y de sus proveedores, y la liquidez a lo largo de la cadena de suministro. ¿Qué mejor impulso a las relaciones de confianza entre los socios comerciales para forjar alianzas estratégicas?
El Supply Chain Finance o SCF facilita las buenas prácticas en la gestión ágil del pago y la liquidez en la empresa, permitiendo optimizar el working capital de las empresas compradoras y de sus proveedores, y la liquidez a lo largo de la cadena de suministro
Impacto de la actuación responsable de las empresas respecto a las relaciones comerciales estratégicas
Respecto a las relaciones con los socios comerciales y proveedores, las grandes empresas que se mueven bajo parámetros de responsabilidad social corporativa evalúan su impacto a lo largo de toda la cadena de suministro en relación con estos temas principales:
1. Los criterios de selección de los socios comerciales
La situación actual ha puesto de manifiesto que las cadenas de suministro no han tenido la necesaria flexibilidad para reaccionar a los cambios bruscos en la demanda y en las operaciones comerciales. Las interrupciones o retrasos en el suministro han impactado en la logística y en la calidad de atención al cliente, provocando dilaciones en las entregas, faltas de cumplimiento de los acuerdos de nivel de servicio, etc.
Los criterios de selección de los socios comerciales y proveedores en un entorno incierto como el actual deben perseguir el establecimiento de buenas prácticas en la adquisición de ventajas competitivas como el acceso comercial, seguimiento de los procesos de abastecimiento estratégicos, mayores ahorros en compras, mitigación de riesgos o amenazas, etc.
Los proveedores también tendrán en consideración las exigencias de seguridad y calidad de los productos/servicios, los principios éticos en materia de comercialización o el precio justo en las relaciones con sus empresas clientes.
La revisión de los esquemas de financiación que están realizando las empresas en la situación actual no es un obstáculo para incorporar el SCF. Al contrario, incorporar el SCF de BilliB junto a esa revisión les va a permitir planificar de forma rentable los pagos a proveedores y fortalecer sus relaciones estratégicas, “desacoplando” al proveedor de la entidad financiera y tomando el control de las condiciones (el “qué, a quién, cuándo y por cuánto”)
2. El pago puntual de las facturas
En el día a día de la actividad comercial, los proveedores de una empresa que utiliza el SCF reciben el beneficio de cobrar sus facturas con puntualidad y anticipar su cobro siempre que lo deseen. Con la facilidad de aceptar en pocos clics los descuentos por pronto pago que les propone su cliente.
En momentos como la crisis actual en que la falta de liquidez es una lacra para las pymes, este beneficio puede resultar clave para los proveedores más pequeños. Algunos de ellos pueden ser, incluso, estratégicos para las grandes compañías.
En este sentido una solución SCF se alinea con los procesos de abastecimiento estratégico que tengan las empresas compradoras, facilitando la optimización del ciclo Procure To Pay.
Las ventajas del SCF en la gestión de las cuentas a pagar es indudable. La innovación financiera permite ofrecer propuestas de descuento en función de la información permanentemente actualizada de proveedores y facturas, aplicar descuentos dinámicos y conocer en todo momento el estado de éstas y del pago.
Gracias a esta flexibilidad y a la automatización del cálculo de descuentos se extrae el máximo rendimiento de las account payables, pudiéndose traducir en la generación de EBITDA o de ingresos financieros. Con BilliB, por ejemplo, la empresa compradora tiene un cuadro de mando donde se visibilizan todas las cuentas de tesorería, las líneas de confirming u otros productos de financiación de una entidad o financiador externo, de riesgo comercial o financiero. Con esta información, puede automatizar la generación y envío de las remesas de pago de las facturas indicando sus prioridades, pesos o valores absolutos que quiere destinar a cada una de dichas líneas.
3. El apoyo a los proveedores locales
Ante los riesgos de interrupciones que están sufriendo las cadenas de suministro, las empresas se plantean una estrategia de proveedores que incluya medidas como potenciar la presencia de empresas nacionales en su cadena de suministro que les ayude a agilizar la gestión de los pedidos, o diversificar proveedores para ahorrar costes de producción y mejorar los plazos de entrega a los clientes y el precio final que se les repercute.
En el marco de la estrategia de proveedores que desee desarrollar la empresa, la diversificación y la elección de un número elevado de ellos no son barreras al uso de una solución SCF. Las tecnologías financieras permiten rentabilizar sin esfuerzo el total del volumen de compras repartido en un gran número de proveedores, siendo de hecho una de sus ventajas competitivas.
4. La sensibilización de los socios comerciales y competidores sobre la responsabilidad social de las empresas
También en este aspecto el SCF es un instrumento muy conveniente para el ejercicio de las buenas prácticas comerciales. Más aún, el uso del SCF supone un ejercicio de Responsabilidad Social Financiera como primer paso de una verdadera RSC. Lo explicaba Aurora López García, responsable de Desarrollo de Negocio y Partnerships, en el artículo “La sostenibilidad económica y social implícita en los valores de BilliB”.
¿Quieres conocer mejor las ventajas que aporta BilliB en optimización de tu capital de trabajo y generar relaciones win-win con tus proveedores sea cual sea su número y tamaño?
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