En el entorno de incertidumbre de la actual crisis, contar con un sistema de control de gestión efectivo capacita a la empresa para analizar su situación financiera e interpretar correctamente esa información y la prepara para afrontar los movimientos de los mercados.
En este sentido, un aspecto importante del sistema de control es el control financiero. En estos momentos adquiere gran importancia pues facilita una adecuada gestión de costes, un mayor detalle en el control de la rentabilidad empresarial y la mejora de las predicciones de posibles escenarios futuros. Además, puede participar en otras funciones del control de gestión que actúen sobre la cifra de negocios o en procesos de “due diligence” de operaciones audaces que haya sido necesario realizar en estos momentos críticos.
Instrumentos claves del control de gestión en tiempos de crisis
El control de gestión se convierte en un elemento clave para una gestión eficiente en tiempos de crisis. Resaltamos cuatro instrumentos con los que cuenta esta función y cómo pueden impactar de forma positiva en las empresas de cara al ejercicio 2021.
1. Presupuesto de tesorería
Desde que la crisis se manifestó, se ha reforzado el rol del tesorero como guardián de la gestión eficiente del efectivo. Además, la gestión de la caja en estos momentos ha pasado a ser una prioridad no solo del tesorero y del CFO sino también del Comité de Dirección. Ha sido necesario revisar y actualizar el presupuesto de tesorería mediante un rolling forecast de flujo de caja o cash flow frecuente.
Ahora la tarea de planificar el nuevo ejercicio conlleva elaborar el presupuesto de tesorería para el corto y medio plazo basándose en la evolución de las previsiones realizadas. Las circunstancias actuales reclaman una gran exactitud en la determinación de la liquidez prevista y las necesidades de financiación que garanticen la viabilidad de la empresa.
2. Análisis de los estados financieros
La crisis ha empujado a las empresas a tomar decisiones fundadas sobre aspectos como las líneas de negocio, inversiones, morosidad, etc., que han podido recibir sus efectos negativos.
El punto de partida de la planificación financiera del próximo ejercicio es la valoración de las principales magnitudes de la empresa. Para conocer la situación real de la compañía se precisa analizar la información de los estados financieros y completarla con los análisis de rentabilidad y de riesgos tanto operativos como financieros. Esta información permitirá proyectar los estados financieros y determinar las necesidades de financiación para destinar los recursos a las áreas donde focalizar la gestión de 2021.
3. Redimensionar los gastos
El ejercicio 2020 ha requerido realizar especiales mediciones y monitorización de datos para identificar qué gastos podían ser prescindibles y eliminarlos o cuáles se podían reducir rápidamente para adaptarse al nivel de actividad, qué contratos se podían revisar y renegociar, etc.
Ahora, de cara a la planificación de 2021, probablemente sea necesario modificar la estructura de gastos de la empresa. También evaluar correctamente los costes de nuevas inversiones como por ejemplo, en digitalización, o las propuestas de fusiones y adquisiciones que permitan transformar la empresa y mejorar su competitividad en el futuro. Por ejemplo, evaluar qué capital puede liberarse con desinversiones y qué recursos se pueden reasignar hacia necesidades de alta prioridad. Se trata, en definitiva, de asegurar el crecimiento futuro una vez afrontadas las presiones del ejercicio 2020.
4. Actuar sobre la cifra de negocios
La crisis económica actual lleva asociada una caída generalizada de la demanda junto a un cambio en los hábitos de consumo. Las empresas que sean capaces de adaptar ágilmente su oferta a las necesidades de los consumidores, obtendrán una ventaja competitiva. Esto les permitirá mantener e incluso, incrementar, su cifra de ventas.
Materializar este objetivo implica un trabajo conjunto de adaptación de todas las áreas empresariales desde el Departamento Comercial y Atención al Cliente hasta el Departamento de Compras.
Por parte del CFO y del controller y de cara a la planificación de 2021, deberán trabajar en coordinación para analizar el entorno competitivo e identificar tendencias en el sector. También, para rediseñar los planes de contingencia y/o de continuidad del negocio que permitan el control de riesgos y gestión de posibles crisis en la empresa.
En definitiva, el buen uso de estos cuatro instrumentos de control es fundamental para disponer de información actualizada y de valor no solo sobre la marcha de la empresa sino también sobre las previsiones futuras.
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