Al término de un 2020 marcado por la crisis de la COVID-19, la economía ha sufrido cierto deterioro respecto al repunte del periodo inmediatamente posterior a la desescalada. Los retos financieros de las empresas aumentan y vuelve a elevarse el riesgo de liquidez, debido tanto a factores vinculados a la oferta como a la demanda.
Uno de estos factores es la fuerte caída de la facturación, especialmente en las actividades más afectadas por la crisis. En la última encuesta del Banco de España a empresas españolas sobre la incidencia de la COVID-19 en su actividad se refleja un descenso interanual promedio de su facturación y del empleo de un 10%. Este porcentaje se acerca al 50% en empresas del sector de hostelería, al 35% en las del sector transporte y, rozando el 35%, en las de ocio y entretenimiento. En términos generales, el 36,3% de las empresas encuestadas declaran que ese descenso es superior al 15%.
El empeoramiento de la actividad empresarial se proyecta en unos precios de venta más bajos de los productos y servicios. El leve aumento del coste de los inputs de los procesos productivos que trae la crisis presiona aún más a la baja a los márgenes. Las expectativas de las empresas son que la contracción de sus márgenes se prolongará en el primer trimestre de 2021.
Principales retos financieros de las empresas
En la fecha de realización de la encuesta el acceso a la financiación externa condicionaba la actividad para una proporción de empresas comparativamente menor que el trimestre anterior, incluso en las ramas más perjudicadas por la COVID-19. Este resultado podría reflejar que los mecanismos de garantías crediticias públicas activados ante la crisis estaban funcionando bien. Sin embargo, no todas las empresas habían logrado solucionar plenamente sus necesidades de fondos para la gestión del circulante.
De hecho, los datos de trimestres anteriores del informe del Banco de España “La financiación de las empresas españolas en la crisis del COVID-19: evolución, perspectivas y retos” muestran que los préstamos bancarios cubrieron solamente el 27% de las necesidades de liquidez estimadas por las empresas para el período abril-diciembre incluyendo los préstamos ICO.
Los otros mecanismos utilizados para resolver sus necesidades de liquidez fueron las desinversiones, el fomento del teletrabajo y la formulación de ERTEs. Las empresas de mayor tamaño recurrieron a los mercados de capitales para cubrir parte de sus necesidades de financiación.
A finales de diciembre de 2020 el 88,5% de las necesidades de crédito de las empresas eran para amortizar la deuda. Y solamente el 11% y el 0,5%, para la actividad de explotación e inversiones. Respecto al riesgo de liquidez:
- Las empresas podrían cubrir menos de la mitad de esas necesidades usando sus activos líquidos y recurriendo al importe no dispuesto de sus líneas de crédito
- Una parte destacada de las necesidades de liquidez se concentran en empresas que poseen baja calidad crediticia, con peor acceso al crédito
Ciertamente, el programa de avales a los préstamos del ICO ha favorecido sobre todo, a las empresas con peor acceso al crédito como son las pymes y las más arriesgadas o expuestas al shock.
El programa ha reducido la carga financiera a corto plazo y los riesgos de refinanciación. Sin embargo, las empresas se enfrentan todavía a grandes retos:
- La solvencia de muchas de ellas se ha deteriorado al aumentar el endeudamiento y caer los ingresos
- El carácter incompleto y desigual de la recuperación económica prevista no favorece la mejora rápida de su situación financiera
- El agotamiento del alivio financiero que proporcionan algunas medidas como el período de carencia de los préstamos garantizados antes de que se asiente la recuperación
El SCF, instrumento que ayuda a resolver los retos financieros de las empresas
El Gobierno aprobó en noviembre y diciembre nuevas medidas de ayuda al tejido empresarial. Algunas de ellas apoyan la liquidez y solvencia de las empresas:
- Aprobación de ampliaciones en los plazos de las líneas ICO tanto del plazo de solicitud de avales al amparo de las líneas de financiación ICO como del vencimiento de las operaciones formalizadas y del periodo de carencia
- Liberación de dos nuevos tramos de la línea de avales para inversión y liquidez que podrán solicitarse hasta el 1 de junio de 2021
Estos nuevos instrumentos de financiación facilitan que las empresas puedan enfrentarse a los retos financieros que tienen actualmente. Las necesidades de financiación de las grandes empresas y pymes solventes han cambiado desde el origen de la crisis pero la incertidumbre en la evolución de la pandemia y la situación cambiante de los mercados se mantienen. Ahora muchas empresas estrenan 2021 con nuevo presupuesto sabiendo de antemano que necesitarán realizar ejercicios de reforecast continuos. Habrán definido las necesidades financieras del nuevo ejercicio y cómo resolverlas de la manera más eficiente sabiendo que también necesitarán revisar su esquema de financiación con relativa frecuencia.
Precisamente ahora que el CFO busca nuevas formas de financiación, puede incorporar nuestra solución Supply Chain Finance o SCF para el pago a proveedores. Es un momento óptimo para adoptar BilliB junto con el nuevo esquema de financiación y resultado del mismo, incorporar líneas de confirming u otros instrumentos de financiación de las cuentas a pagar.
Además, con el “multiconfirming” de BilliB la empresa cliente o compradora maximiza las ventajas que le ofrece el SCF, al mismo tiempo que incorpora la capacidad de gestionar todas sus líneas de confirming y sus cuentas tesoreras de las distintas entidades financieras.
BilliB aporta una flexibilidad muy necesaria en las circunstancias actuales para gestionar la tesorería propia o la capacidad de crédito de la empresa compradora y optimizar el pago a sus proveedores. El SCF de BilliB es una herramienta clave para la resolución de los retos financieros de las empresas solventes en la gestión del circulante. A la vez que ayudan a sus proveedores a cubrir sus necesidades de liquidez de forma muy ágil, barata y sin riesgos, sin tener que hacer trámites bancarios. Los proveedores lo agradecen, sobre todo aquellas pymes con baja calidad crediticia y dificultades de acceso al crédito bancario o las que no pueden aumentar más su deuda.
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